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Leonardo Grisanty se juramenta en la FP y proclama que Leonel es sinónimo de progreso

La habilidad para manejar con éxito escenarios económicos distintos y adversos, como el de una crisis económica local heredada y una crisis financiera internacional, es una expresión de visión, capacidad de diálogo y concertación, de inclusión y resolución. El mundo de hoy presenta nuevos desafíos y se ciernen sobre el horizonte amenazas que provocan inestabilidad e incertidumbre. Esto representa la necesidad de enfrentar los problemas que surgen de los ámbitos de la política fiscal y monetaria, que son pilares claves para conducir al país por el Camino Seguro que esperan nuestros ciudadanos, a fin de ver realizadas sus ilusiones y expectativas de mejoría en todos los ámbitos de la condición humana.  

Crear las condiciones para disponer del espacio fiscal necesario para que el presupuesto público se convierta en un instrumento para financiar el crecimiento económico y potenciar la inversión pública, sin comprometer la sostenibilidad financiera ni la estabilidad de la economía.

Nuestro compromiso será lograr un balance primario superavitario y un balance presupuestario equilibrado permitirá una reducción paulatina y consistente de la deuda pública hasta niveles fiscalmente sostenibles. Para ello ejecutaremos las siguientes iniciativas.

 

INICIATIVAS

  • Promover que se arribe a un Pacto Fiscal como acuerdo sociopolítico, cuya agenda incluya: la creación de una regla fiscal sencilla y flexible que permita que el crecimiento del gasto sea cónsono con el crecimiento del ingreso; mejorar las recaudaciones, pero también impulsar las inversiones y el empleo.
  • Crear un programa de formalización tributaria que permita aumentar la base de contribuyentes, que incluya:

* Implementar un programa de simplificación de trámites para pequeños contribuyentes del área de industria, servicios y agropecuaria, que incluya declaraciones de ITBIS trimestrales y una herramienta de contabilidad simplificada, provista de forma gratuita por la Administración Tributaria.

* Crear Regímenes Simplificados de Tributación para facilitar el cumplimiento de sectores con características especiales, tales como: sector inmobiliario, agropecuario, médico, etc.

Propiciar la modificación del Título I de procedimientos tributarios, con la finalidad de introducir los elementos que fortalezca el respeto de los derechos de los contribuyentes y el debido proceso.

2.2. OBJETIVO: Mejorar la calidad del gasto público, a partir de fortalecer los procesos de priorización y evaluación de los proyectos de inversión pública y de mejorar la estructura organizativa del gobierno.

Ante recursos escasos y un Estado con cada vez mayores responsabilidades y tareas, cobra más importancia que nunca priorizar los proyectos de inversión pública. De modo que nuestro gobierno, pretende trabajar para generar nuevas e inteligentes reformas para mejorar la calidad del gasto público.

De conformidad con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “hay una pequeña ventana de oportunidad para promover reformas inteligentes del gasto público más allá de simples medidas de austeridad que adopten una visión de largo plazo y que reconozcan que el gasto público representa una parte importante del PIB que debería programarse con eficiencia técnica y, sobre todo, eficiencia asignativa con el fin de asegurar un crecimiento sostenido e inclusivo.” Nuestro gobierno estará comprometido con incrementar la inversión pública independientemente de auspiciar la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Esa ventana de oportunidades a que hace referencia el BID será la que aprovecharemos para propiciar reformas que impactan el fortalecimiento y profesionalización de las instituciones relacionadas con la elaboración del presupuesto, pero además creando procesos enfocados a la gestión eficiente del gasto público.

Las deficiencias administrativas de las instituciones públicas y la falta de profesionalización que impide el cumplimiento efectivo de las leyes, las políticas y demás reglamentaciones, generan deficiencia del gasto público, por lo que mejorar las instituciones es fundamental para mejorar dicho gasto.

 

INICIATIVAS

Fortalecer el “Sistema Nacional de Planificación e Inversión Pública” regulado por la Ley de Planificación e Inversión Pública, No. 498-06, aprobada en nuestro anterior gobierno, integrando mecanismos objetivos de priorización de proyectos de inversión pública.

Aplicar de nuevo el Sistema de Información de la Gestión Financiera estatal (SIGEF) haciendo énfasis en su interoperabilidad y generación de información para el control de la gestión.

Crear un Consejo de Productividad con asistencia técnica de organizaciones internacionales, con un rol de asesor revisiones estratégicas del gasto público y evaluaciones ex post de su impacto.

2.3. OBJETIVO: Garantizar el crecimiento económico mediante el relanzamiento y consolidación de los sectores agropecuarios, industrial, zonas francas y turismo.

2.3.1 Sector Agropecuario:

La agropecuaria es uno de los principales sectores productivos de la República

Dominicana ya que, además de su importancia en la producción de alimentos para el consumidor local y la exportación, juega un papel extraordinario en la generación de divisas, creación de empleos productivos, reducción de la migración y pobreza rural y la conservación de los recursos naturales.

Uno de los grandes retos que enfrentan los gobiernos en la actualidad es mejorar la seguridad alimentaria de la población. La creciente demanda mundial y los efectos nocivos del cambio climático sobre la producción agropecuaria han renovado el interés por las políticas públicas para fomentar la disponibilidad, el acceso y el uso de los alimentos. Dado que la inseguridad alimentaria es resultado de múltiples causas, los esfuerzos por aliviarla han tomado también distintas formas, dando origen a una tipología de programas con características muy variadas.

Las crisis climáticas, principalmente las grandes sequias y las inundaciones ponen cada día a más personas en los más bajos niveles de desnutrición, por tanto se hace necesario que desde los gobiernos en todos los niveles se ponga en agenda el tema alimentario, buscando también alianzas estratégicas con todos los sectores que intervienen en el proceso de producción y comercialización de los alimentos.

En general el nivel tecnológico agregado de la producción agropecuaria dominicana es bajo, con excepción de subsectores como la producción avícola y porcina, algunas frutas y hortalizas, cigarros, café de especialidad, cacao y banano orgánico y la existencia de productores de alto nivel tecnológico.

Es decir que existen subsectores con estructura empresarial y orientación a los mercados cuya tecnología es relativamente avanzada y otros de pequeña escala y limitada capacidad empresarial, mostrando estructura productiva una preponderancia de pequeños productores con limitadas capacidades en gestión de negocios.

Esta fragmentación ha reforzado los efectos de severas distorsiones en las políticas estatales que ocasionan rezagos tecnológicos significativos en el sector, y a pesar de estar disponibles en el país tecnologías modernas de producción, éstas no han llegado al grueso de los productores.

Por otra parte, la liberación de los aranceles derivada de la globalización del comercio (OMC, RD-CAFTA, CARICOM, EPA) representa la principal amenaza para la actividad productiva nacional por estar el país en desventajas con los principales competidores en la aplicación de alternativas de protección como medidas sanitarias y fitosanitarias, barreras técnicas al comercio y calidad de la producción.

Asimismo, a pesar de su importancia en la macroeconomía del país, la asignación de recursos financieros presupuestario anual al Sector ha ido disminuyendo sustancialmente en términos relativos.

La situación descrita ha limitado los procesos de investigación, adopción tecnológica, capacitación, extensión y, fundamentalmente, proveer servicios apropiados de mantenimiento, adquisición de equipos y maquinarias, equipamiento de laboratorios, construcción de pequeñas infraestructuras, producción y distribución de material de siembra y apoyos directos a los pequeños y medianos productores y productoras.

Resultados esperados

Un Consejo Nacional de Agricultura representativo, comprometido e identificado con el sector, el país y las políticas del gobierno.

Instituciones del sector con roles de organismos orientadores, facilitadores y promotores de las actividades agropecuarias.

Un sector productivo más integrado, concertado, orientado al cambio y al nuevo entorno agropecuario internacional.

Prosperidad y bienestar social para el pueblo dominicano mediante la creación de empleos, generación de divisas, seguridad alimentaria, entre otros beneficios. 

2 Sector Industrial:

Contexto macroeconómico

Después de superar la crisis desatada por la quiebra fraudulenta de varios bancos en 2003-2004, el entorno macroeconómico propiciado por las políticas fiscal y monetaria ha presentado efectos sobre el sector industrial nacional, caracterizados por:

i) un elevado ritmo de crecimiento por encima del promedio de los últimos 25 años, el cual ha contribuido a mantener elevada la demanda interna y a impulsar la producción del sector manufacturero doméstico; 

ii) una política fiscal activa en el sentido de que el gasto público y del déficit del Gobierno Central como porcentaje del PIB no han retrocedido, contribuyendo a sostener la demanda agregada, impulsando el crecimiento de la producción manufacturera;

 iii) una política monetaria cuyo objetivo se ha concentrado en mantener la inflación y el ritmo de devaluación del peso en niveles bajos, provocando una elevada tasa de interés real y el mantenimiento en niveles relativamente restringidos los créditos dirigidos a la producción y a la industria.

No obstante, no debe menospreciarse que, a pesar de lo anterior, las bajas tasas de inflación y de devaluación, y especialmente su elevado grado de predictibilidad en el contexto del esquema de metas de inflación del Banco Central, han contribuido a reducir el nivel de incertidumbre, lo cual ha creado un entorno favorable a la inversión.

En síntesis, mientras la política fiscal y la dinámica de la demanda agregada contribuyeron a apoyar el crecimiento del sector manufacturero, la política monetaria actuó esencialmente en sentido inverso. Sin embargo, ambas se muestran insostenibles en la medida en que han generado deuda del sector público consolidado que alcanza cerca del 50% del PIB y que en pocos años deberá ser enfrentada. Esto podría estar augurando un entorno macroeconómico mucho más restrictivo y menos favorable al crecimiento industrial a mediano y largo plazo.

La actividad manufacturera en la República Dominicana es la actividad con mayor participación en el Producto Interno Bruto del país. Sin embargo, en los últimos años ha decrecido notablemente pasando de un 24% en el 1992 al 13.6% en el 2016. En relación con otros países, la República Dominicana presenta la tasa más baja/alta de participación de la industria con respecto al PIB. Para la región de Latinoamérica y el Caribe la tasa de participación es de 24.1% en los países de ingreso medio-alto. Para el sur de Asia es de 25.3%.

Características estructurales de la industria dominicana 

En el país, alrededor 8,787 industrias conforman el sector industrial nacional y unas 474 el sector de zona franca. La mayoría de estos establecimientos se encuentran en la zona metropolitana, y más del 29% son microempresas. Utilizando la Clasificación Industrial Internacional (CIIU), la mayoría de las empresas en el sector manufacturero local están ubicadas en las actividades de producción de alimentos y bebidas, actividades de impresión, químicos, muebles y colchones. En el caso de las zonas francas, la mayor concentración se encuentra en textiles y tabaco. 

Datos del Banco Central clasifican la industria en cuatro ramas de actividad: industria de alimentos, elaboración de bebidas y productos del tabaco, refinación de petróleo y químicos y otras manufacturas. Para el período en los que hay información disponible, entre 2007 y 2016, la participación de esas ramas en la producción total ha permanecido relativamente estable, observándose un elevado peso de la industria de alimentos, cuya participación creció desde 30.6% en 2007 hasta 37.7% en 2016, mientras la de “otras industrias” declinó desde 46.7% hasta 42.6%. Entre ambas, han explicado entre el 75% y el 80% de toda la producción.

Elaboración de bebidas y productos de tabaco, y refinación de petróleo y químicos explicaron el resto.

Sin embargo, es relevante caracterizar y explicar el comportamiento de laproducción manufacturera descomponiéndola por sus dos sectores de origen: la industria local, la cual en 2016 explicó el 76% de la producción, y la de zonas francas, la cual explicó un 24%. 

Productividad y empleo

Entre 2003 y 2004, la producción de zonas francas recibió un impulso adicional debido a la intensa devaluación del peso en el contexto de la crisis financiera. Esto mejoró la competitividad de precios de la producción exportable haciendo crecer la producción y las exportaciones de zonas francas, pero simultáneamente desestimuló la producción manufacturera local por la fuerte caída en la demanda, la actividad económica y el empleo. Es a partir de 2010, cuando las exportaciones de zonas francas se diversificaron y se recuperaron, haciendo que la producción se expandiera a un ritmo superior al de la producción de la industria local. Entre 2010 y 2016, el valor real de la producción de zonas francas creció a una tasa media anual de 5.2% comparado con el de la industria local que lo hizo a razón de 4.2% por año.

La pérdida de participación de las manufacturas en la producción total se ha acompañado de una reducción no sólo de la participación del empleo manufacturero en el total sino de una caída en el número de personas ocupadas en la actividad. 

Entre 2000 y 2016, el empleo total en manufacturas se redujo en más de 77 mil puestos, pasando desde 510 mil hasta 433 mil. Esto hizo que la participación del empleo en las manufacturas cayera desde 17% hasta menos de 10%.

La pérdida de puestos de trabajo fue más acelerada en zonas francas que en la industria local, lo que hizo que el peso del empleo en la segunda respecto al empleo total en la actividad subiera, y que el de las zonas francas declinara. De los más de 77 mil puestos de trabajo perdidos en el período 2000-2016, casi 70% (algo menos de 53,600 puestos) fue en zonas francas y poco más de 30% (casi 23,700) fue en la industria nacional.

Adicionalmente, hay que indicar que la fuerza de trabajo ocupada en manufacturas se ha masculinizado, al incrementarse la participación de los hombres en el empleo total desde 62% en 2000 hasta casi 70% en 2016. Esta tendencia es inversa a la observada en la economía en su conjunto, en la que el porcentaje de mujeres ocupadas respecto al total de la población en la misma situación se incrementó, si bien lo hizo de forma moderada, al pasar de 33.6% hasta 37.3%. En 2000, por cada 100 hombres ocupados en la economía, había 50 mujeres en la misma situación. En 2016, esa proporción había subido hasta casi 60. En contraste, en las actividades manufactureras, este indicador cayó desde 61 hasta 43.

Exportaciones

Datos del Banco Central indican que, en esta década, las exportaciones nacionales de bienes industriales han permanecido estancadas en poco menos de US$ 2 mil millones (aunque entre 2011 y 2012 se expandieron, pero volvieron a retroceder posteriormente), mientras las de zonas francas han crecido moderadamente. Pasaron desde poco más de US$ 4 mil millones en 2010 US$ 5,300 millones en 2016. Esto hizo que ese sector mantuviera su dominio sobre oferta exportable de manufacturas. En promedio entre 2014 y 2016, éstas explicaron el 71% del valor exportado total de productos industriales. Los de mayor peso fueron equipos médicos y quirúrgicos (17.1%) y las confecciones textiles (16.3%). Otros rubros importantes fueron productos eléctricos (10.1%), cigarros (8.8%) y calzados (6.0%).

En contraste, las exportaciones de productos industriales bajo el régimen nacional, que explicaron el 29% de las exportaciones totales entre 2014 y 2016, están mucho más diversificadas. La encabeza “otros productos industriales” con 13.2% deltotal. El resto de los productos representan, individualmente, bajos porcentajes del total. Destacan azúcar con 1.7%, productos químicos con 1.5% y cemento gris con 1.2%.

Otros destacados fueron cemento, ron, productos alimenticios, plásticos y varillas.

Políticas industriales actuales

El resurgimiento de políticas de desarrollo productivo (PDP) hoy día pasa por una evaluación de las estrategias de industrialización exitosas que desplegaron algunos países que han logrado escalar e innovar en sus exportaciones industriales, a pesar de haber iniciado su desarrollo industrial a partir de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI).

Aquí se inscriben los modelos de Corea del Sur y Singapur, que, aunque resultan difícilmente replicables en los actuales momentos, sirven para evidenciar como una misma política de intervención estatal -la política industrial para la sustitución de importaciones (ISI)- aplicada también por los países de América Latina incluyendo a la República Dominicana, condujo a resultados diferentes. Esto confirma la importancia de considerar el entorno institucional y el funcionamiento del Estado, a la hora de evalúa los modelos de programas, políticos y estrategias exitosas.

¿Por qué esa política industrial no generó en República Dominicana resultados parecidos a los que registra Taiwán, Corea del Sur o Chile? En el caso dominicano, contrario a otros que hoy se toman como buenas prácticas, la política ISI no requirió desarrollo exportador, por lo que no hubo escalamiento tecnológico de la producción,ni intervenciones o subsidios estatales para apoyar la internacionalización de las industrias nacionales y sus productos.

Por tanto, vale reparar no sólo en cuáles políticas o instrumentos han desplegado países exitosos, sino en cómo han implementado dichas herramientas para lograr mayor productividad, mejorar la calidad de los empleos y llegar a más mercados. Para evaluar el desempeño reciente de la industria dominicana y de las políticas aplicadas al sector industrial, se hace necesaria una apretada síntesis de qué aconteció hasta el año 2004 en materia de política industrial en la República Dominicana.

Entre los años 2005-2017 los hitos más significativos para la industria manufacturera han sido la implementación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-CAFTA) y su instrumento de respuesta, el Plan Nacional de Competitividad Sistémica, del que deriva la propuesta de política industrial que recoge la Ley 392-07 sobre Competitividad e Innovación Industrial que crea PROINDUSTRIA.

De manera explícita los documentos e instrumentos legales desarrollados entre 2005 y 2008 apuntan a la adopción de una política de apoyo a la industria para enfrentar los desafíos de apertura comercial y el libre comercio enfocada en la asociatividad y la promoción de exportaciones.

La industria por su parte, adopta una estrategia basada en velocidad y flexibilidad para responder a los mercados internacionales. Sin embargo, las piezas complementarias: financiamiento y seguro para las exportaciones, apoyo a la calidad y regulación de la competencia en el mercado demoraron muchos años más en instalarse. Esto sumado a que entre los años 2009 y 2011 se suspendió la aplicación de los incentivos y facilidades que ofrecía la llamada ley de Proindustria, hacen difícil evaluar el impacto del conjunto de medidas establecidas. 

INICIATIVAS SECTOR INDUSTRIAL

Estimular la internacionalización de las empresas industriales mediante la promoción de un mayor acceso al financiamiento a largo plazo, seguros y garantías para los exportadores.

Financiamiento blando para reconversión industrial, maquinarias y bienes de capital.

Estimular la demanda de bienes industriales nacionales e insumos para las cadenas de valor establecidas mediante una campaña nacional de comunicaciones y branding.

Mejorar la capacidad de las empresas nacionales para producir bienes y servicios a través de un programa nacional de Desarrollo de Proveedores dirigido a Pymes.

Crear fondos para proyectos de innovación y desarrollo de productos y subsidios para los costos de certificación de calidad.

Reforzar la estabilidad del marco regulatorio y coherencia con los objetivos de desarrollo, armonizando las disposiciones legales y tributarias existentes para que sean coherentes con los objetivos trazados, incluyendo:

  • Estímulos a las exportaciones no discriminatorios entre industrias por estar radicadas dentro o fuera de zonas francas sino concederse sobre la base de la generación de empleos o crecimiento exportador deseado.
  • Facilidades y exenciones fiscales para importar productos, deben concederse por igual para la compra de productos e insumos locales, ya que el propósito no es promover importaciones sino hacer más eficiente a las industrias, las cadenas industriales y promover las inversiones.
  • Facilidades para adquisición de maquinarias y equipos que se conceden a las nuevas inversiones, deben extenderse para la modernización de las industrias existentes para mejorar la productividad de todas las industrias.

2.3.3 Sector Turismo

Importancia del turismo a nivel global y nacional En las últimas décadas, el turismo ha experimentado un continuo crecimiento y diversificación, hasta posicionarse como uno de los sectores económicos que crecen con mayor rapidez en todo el mundo. A nivel global guarda una estrecha relación con el desarrollo que presentan los países que marcan los más altos índices con presencia de turistas, transformado la industria en un motor clave del progreso socioeconómico. De acuerdo a los datos más recientes de la Organización Mundial del Turismo (UNWTO), la llegada de turistas internacionales de 674 millones en el año 2000 pasó a 1,235 millones en 2016. De igual modo, las ganancias por turismo internacional obtenidos por los destinos de todo el mundo tuvieron un valor superior a los 2,000 billones de dólares. Para el 2016 el turismo internacional representó el 7% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios, tras subir un punto porcentual desde el 6% en 2015. De modo que el turismo ha crecido con mayor rapidez que el comercio mundial durante los últimos cinco años. Como categoría mundial de exportación, el turismo ocupa el tercer puesto, tan solo por detrás de productos químicos y de combustibles, y por delante de la industria automotriz y de productos alimenticios. 

En muchos países en desarrollo, como República Dominicana, el turismo es la principal categoría de exportaciones.

El turismo nacional exhibe hoy un robusto crecimiento que se evidencia en la creciente llegada de turistas, en el importante ingreso de divisas que genera esta actividad económica y en su consolidación como una de las principales fuentes de empleo del país. Este sector ha entrado en una etapa de madurez, manteniendo importantes cotas de crecimiento fruto de un favorable clima de inversión, un sano crecimiento económico, fortaleza institucional y estabilidad política y social.

En los últimos años, el sector “hoteles, bares y restaurantes” se ha colocado como uno de los sectores que impulsa el crecimiento económico de República Dominicana: en 2017, representó el 7.9% del producto interno bruto (PIB) y generó grandes aportes en materia de recaudación tributaria, generación de empleo y encadenamiento productivo.

¿Qué hacer para robustecer nuestra industria turística nacional?

De cara a los principales desafíos actuales de la industria turística nacional, y en aras de aprovechar las oportunidades existentes para incrementar los niveles de competitividad del país en relación con otros destinos turísticos, se proponen una serie de recomendaciones para garantizar el crecimiento del sector Garantizar la incorporación de otros sectores en la cadena de valor del turismo A pesar de que el turismo ha sido y es el principal motor de la economía dominicana en las últimas décadas, es hora de que otros sectores productivos nacionales que hasta ahora no están participando de manera pujante en la cadena de valor del turismo como la agroindustria, el sector servicios, la industria local así como las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que constituyen más del 97% del tejido empresarial dominicano, se beneficien del dinamismo de la sector turístico nacional.

Esto sería posible mediante la creación de un programa de encadenamientos productivos, que permita a dichos sectores suplir de todos insumos y servicios que demanda la industria turística dominicana, mejorando así las capacidades de estas empresas para crecer a un ritmo mucho mayor del que crecen actualmente al no estar participando de la cadena de valor del turismo. 

Creación de un Consejo de Desarrollo Turístico

Por diversas razones, nuestro país cuenta, con un clima favorable para la inversión privada, así como un robusto sector privado que históricamente ha colaborado y participado junto al Estado en la generación de empleos y riqueza, a través de la ejecución de numerosas obras de infraestructura y prestación de servicios públicos.

Mediante la creación de un Consejo de Desarrollo Turístico con la participación de actores tanto del sector público y privado, se pretende lograr una mayor efectividad en la formulación de proyectos de inversión en infraestructura para el desarrollo turístico y las acciones de promoción turística en mercados nacionales como internacionales.

Es por ello que, bajo un esquema de alianzas público-privada (APP) se podría impulsar el desarrollo de las obras de infraestructura y servicios turísticos que necesitará el país en los próximos años para mantener su liderazgo como principal destino turístico del Caribe, así como la creación de un fondo de promoción manejado bajo el mismo esquema de alianza de ambos sectores, que a través de los parámetros e instrumentos desarrollados puedan identificar el uso conveniente de la inversión de acuerdo al mercado y objetivos planteados.

La construcción de dos grandes centros de convenciones en el Gran Santo Domingo y la provincia Santiago, para convertir a dichas ciudades en los principales centros de turismo MICE (Meetings, Incentives, Conventions and Exhibitions), modalidad turística que duplicaría en pocos años la cantidad de visitas y por ende los ingresos que reciben estas importantes urbes del país, es un ejemplo de lo que se pudiera alcanzar con un esfuerzo mancomunado entre el sector público y privado.

Formar la nueva generación de trabajadores del sector turismo En la misma medida que el sector turismo dominicano vaya creciendo y consolidándose como la espina dorsal del desarrollo económico nacional, necesitará la formación de una nueva generación de jóvenes profesionales y técnicos de distintas áreas de servicios de apoyo al turismo.

Por lo cual, se hace necesario expandir los programas de formación técnicoprofesional del INFOTEP así como otras instituciones de educación superior (IES) públicas y privadas, y crear una política de inserción laboral, que con el auspicio del Gobierno Central, provea al sector turismo de jóvenes con las calificaciones necesarias para mejorar la productividad de sus empresas.

Elevar la seguridad en nuestros polos turísticos

Los agentes de CESTUR, al igual que los de la Policía Nacional son insuficientes en número y carecen de los medios necesarios para realizar su trabajo adecuadamente en el ámbito turístico. Aunque el problema de la seguridad ciudadana está presente en todo el país, lo cierto es que la ocurrencia de hechos delictivos, así como los venduteros que terminan siendo traficantes de drogas y agentes de prostitución de menores entre otros, afectan a turistas e inciden de la manera más negativa en el desarrollo del turismo.

Por consiguiente, es preciso dotar de más efectivos a CESTUR y a la Policía Nacional, asegurar su capacitación de cara al trato con turistas extranjeros y equipar el servicio de estos dos cuerpos de seguridad con vehículos y equipos que permitan realizar un trabajo de alta calidad.

Procurando de igual modo, la participación de actores turísticos del sector privado en las mesas de seguridad ciudadana establecidas en las diversas comunidades del país, de modo que puedan aportar sus experiencias, y estar dentro de los sectores de importancia al establecer las estrategias de seguridad ciudadana.

Diversificación de la oferta turística nacional

Los operadores turísticos tradicionales de la Republica Dominicana trabajan con un turismo masivo, generalmente de sol y playa, con excelentes resultados hasta el momento. Sin embargo, la demanda turística actual ha ido abriendo espacios a diferentes segmentos y subsegmentos de mercado. Por ende, se hace necesaria la diversificación de la oferta turística local, más allá del modelo de “todo incluido”.

Por eso es preciso iniciar con la elaboración de una estrategia integral de diversificación de oferta para promover otros tipos de turismo como el cultural, turismo de salud, circuitos turísticos, ferias y convenciones (MICE).

En el caso del turismo de salud, industria global que genera más de 100,000 millones de dólares en ventas, con un crecimiento de 20% interanual, generando el 2.5% de viajes por avión, tiene la oportunidad de desarrollar un modelo de turismo médico a gran escala. De hecho, según la encuesta Global MTI 2016, RD ocupa el puesto #15 de 41 destinos evaluados, siendo el líder de la región del Caribe, con cifras estimadas de 35,000 pacientes internacionales atendidos anualmente.

En conclusión, todas las estrategias sumadas a la experiencia y visión de los dirigentes del robusto sector turismo dominicano, contribuirá sin dudas a superar el desempeño del país sobre el de sus competidores y mantener el sitial como el principal destino turístico del Caribe.

Programa de Mantenimiento y Gestión de Playas.

Creación de comité para dar seguimiento a la conservación, y manejo de eventualidades en las playas de República Dominicana. Específicamente el establecimiento de un programa de regeneración y mantenimiento de las playas con alto volumen de visitas con la especialización de recursos a través del consejo de inversión en zonas turísticas, CEIZTUR

 

INICIATIVAS SECTOR TURISMO

Creación de Comité de Conservación y Manejo de Playas Establecimiento del programa de regeneración y mantenimiento de playas con alto volumen de visitas.

Creación del Consejo de Desarrollo Turístico y Manejo de Crisis.

Expansión de programas de formación técnico-profesional y de educación superior para el área de turismo.

Aumento del número de agentes de CESTUR, para mejorar los niveles de seguridad en las zonas turísticas.

Elaboración de estrategia integral de diversificación de oferta.

2.4. OBJETIVO: Modernizar el marco legal e institucional de promoción de las exportaciones de bienes y servicios, simplificando procesos y concentrando los esfuerzos gubernamentales, para relanzar la actividad exportadora.

En los últimos años el déficit de la Cuenta Corriente ha promediado 2% del PIB, su reducción requiere necesariamente promover un crecimiento de las exportaciones.

Las exportaciones dominicanas tienden a presentar un panorama atractivo, observadas desde el punto de vista del crecimiento global. Pero, al observar los detalles, si se excluye la alta relevancia del sector minero, se refleja que las exportaciones nacionales apenas han estado creciendo a un ritmo de un 1.1% en los últimos diez años.

Bajo esa interpretación se puede construir la idea de que las exportaciones dominicanas se han desacelerado más allá de lo imaginado, por lo que se puede inferir que en un escenario sin la minería, las exportaciones nacionales no han tenido un crecimiento acorde con el de la economía y mucho menos con el potencial exportador del país.

Las exportaciones de Zonas Francas constituyen el principal renglón de exportación, aumentando mil millones de dólares entre 2014 y 2019. Luego de experimentar una caída importante en 2015, las exportaciones nacionales en 2018 y 2019 presentan crecimientos de 5% y 9%. Sin embargo, la mayor parte de este incremento se explica por el oro que a partir de 2013 ha representado alrededor del 20% de las exportaciones totales.

Lograr la diversificación es un reto de la economía dominicana. A pesar de que se han realizado esfuerzos por crear una estructura de promoción y de orientar nuestro servicio exterior a crear nuevos mercados, no han sido suficientes.

Por la incidencia de este sector en la economía como generador de divisas y empleo, es necesario desarrollar un conjunto de políticas que relance el Sector exportador y provoque un crecimiento sostenido de las exportaciones.

Para lograr dicho objetivo, el gobierno de la Fuerza del Pueblo se propone promover una política de comercio exterior amparado en los lineamientos siguientes:

 

INICIATIVAS

Ofrecer programas de capacitación para el cumplimiento de los requisitos sanitarios y fitosanitarios, especialmente para las exportaciones del sector agropecuario.

Fomentar un programa de transformación en el sector exportador para incrementar el volumen de bienes y servicios exportados a los diferentes mercados.

Fortalecer el fondo de reembolso de impuestos al consumo de los exportadores y crear un mecanismo eficiente de la devolución.

Revisar el tratamiento fiscal respecto a la deducibilidad de los costos incurridos en el exterior de las empresas exportadoras.

Crear un registro de exportadores oportuno y completo, con el fin de apoyar las iniciativas de capacitación e información relevante.

Llevar a cabo un análisis de la competitividad de la oferta de servicios profesionales y especializados demandados por los distintos sectores de la actividad exportadora.

 

2.5. OBJETIVO: Propiciar un marco normativo para incentivar la inversión productiva, local y extranjera, que impacte positivamente el empleo digno y la innovación.

La inversión extranjera directa (IED) constituye una de las principales fuentes de crecimiento para economías con capital doméstico limitado; sobre todo en casos como el de la República Dominicana, donde los mercados de valores no se encuentran ampliamente desarrollados y el proceso de captación de capitales es ampliamente regulado.

Por eso entendemos la importancia de proteger e impulsar este sector, el cual representa una fuente importante de desarrollo, empleos e ingresos fiscales.

Como programa de gobierno, nuestro objetivo es que en el período 2024-2028 la

IED no sólo puedan aumentar, sino que además podamos diversificar las industrias que reciben la IED de manera tal que podamos promover la tecnificación de personal humano y el incremento del valor agregado de los bienes que se producen en nuestro país.

Marco regulatorio de la inversión extranjera La inversión extranjera en la República Dominicana se encuentra regulada por la Ley No. 16-95 sobre Inversión Extranjera, promulgada en fecha 20 de noviembre de 1995 (en lo adelante la “Ley No. 16-95”) y su Reglamento de aplicación contendido en el Decreto 214-04 de fecha 11 de Marzo de 2004 (en lo adelante el “Reglamento”).

El marco regulatorio aplicable está fundamentado en dos principios cardinales:

(i) El reconocimiento del Estado Dominicano a la inversión extranjera y la innovación tecnológica como elementos de contribución al crecimiento económico y al desarrollo social del país; igualmente reconoce su rol en la creación de empleos y generación de ingresos, la promoción del proceso de formación de capital, comercialización y gestión de métodos;

(ii) El reconocimiento de que los inversionistas extranjeros y nacionales comparten derechos y deberes similares, lo cual implica que, bajo la Ley de Inversión Extranjera Dominicana, recibirán un trato igual o neutral en comparación a las inversiones locales.

Áreas de oportunidades

Para determinar las áreas de oportunidades de este sector, agotamos un proceso de discusión con los principales actores que inciden en el mismo, logrando establecer una serie de necesidades y de estas los ejes fundamentales de acción.

Fortalecimiento de la capacidad de identificar, segmentar y generar información detallada sobre las empresas de IED, que permitan mejorar los procesos de toma de decisiones de negocio y/o inversiones.

Actualización del marco regulatorio aplicable y de la estructura tributaria, con el fin de implementar políticas públicas que promuevan la innovación, desarrollo y oferta de productos y servicios que mejoren la calidad de vida de los consumidores.

Promover un clima de inversión positivo que resulte relevante para lograr niveles de crecimiento económico superiores,trasladando el efecto de la inversión a otros sectores de la economía, generando un mayor dinamismo productivo.

Agilización de servicios públicos relacionados con el proceso de la IED, por ejemplo, aquellos relativos a la migración de ejecutivos.

Prever políticas públicas que promuevan la re-inversión de las utilidades obtenidas por las empresas de IED, incluyendo la generación de alternativas de inversión y una estructura impositiva eficiente que incentive la reinversión de utilidades.

Fortalecer la aplicación del marco regulatorio que persiga los crímenes y delitos que afectan a las empresas de IED, incluyendo, pero no limitado a: comercio ilícito, falsificación y adulteración de bienes y productos, corrupción administrativa, entre otros.

 

INICIATIVAS

Mejorar los aspectos institucionales que dificultan que el proceso de IED sea expedito y con la suficiente seguridad jurídica para generar confianza en el inversionista.

Crear el Gabinete de Inversión de Proyectos Especiales, como un órgano interinstitucional de inversión extranjera, que acompañe a un proyecto de inversión desde su propuesta o plan de factibilidad hasta su implementación, canalizando los procesos gubernamentales para la eliminación de trabas.

Definición de programas de formación de técnicos para las actividades definidas como de interés para la inversión extranjera.

Ofertar garantías de estabilidad tributaria en un periodo de tiempo razonable, en función del tipo de proyecto de inversión.

Desarrollar un programa de modernización y fortalecimiento institucional de las entidades relacionadas con la promoción de las inversiones (CNZFE, Proindustria, CEI-RD, entre otras).

Impulsar una política comercial orientada a la mejora de los encadenamientos productivos, que aumente el atractivo país como destino idóneo para la inversión.

Revisión y adecuación de la Ley 16-95, que rige la Inversión Extranjera en República Dominicana. Dentro de las medidas a incluir se encuentra la creación de un registro de inversión, cuyo objetivo sea garantizar a los inversionistas las condiciones originales bajo las cuales realizó su inversión.

Revisión del marco regulatorio de los ayuntamientos y gobiernos municipales, para promover mayor nivel de transparencia e institucionalidad.

Agilización de los procesos administrativos que son requeridos para la operación de las empresas de IED.

Aumentar la inversión destinada a la generación y análisis de data y estadísticas que permitan la toma de decisiones de negocios de forma certera y a tiempo;

Para esto fortaleceremos la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), promoviendo un observatorio de consumo a través de una alianza público privada.

Aumento de los procesos gubernamentales que son completados por vía digital.

Explorar nuevos mercados internacionales de inversión. 

 

FUENTE: 7 pilares para una nueva ola de transformación en la República Dominicana

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