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Leonardo Grisanty se juramenta en la FP y proclama que Leonel es sinónimo de progreso

Fue fundada en el año 2000 por el expresidente de la República Dominicana Leonel Fernández justo después de terminar su primer mandato presidencial. Actualmente es el presidente honorífico de la organización. En la República Dominicana, FUNGLODE ha realizado miles de charlas, seminarios, cursos y capacitaciones en diversos sectores de la política y la economía del país. Junto a la Asociación de las Naciones Unidas de la República Dominicana ha realizado diversas conferencias y seminarios con jóvenes de la educación secundaria y de educación superior tales como:

- Conferencia Internacional de las Américas (CILA)
- Conferencia Modelo de las Naciones Unidas
- Conferencia Modelo Dominicano del Sistema Iberoamericano (MODOSI)
- Nueva York - Dominican Republic Model United Nations Conference (NYDRMUN)
- Foro de Jóvenes de las Américas por Haití (YAFH)

En todos los programas se cuenta con participación local e internacional de países de todo el mundo, miembros observadores, miembros de las Naciones Unidas y miembros de organizaciones internacionales sin fines de lucro. 

Mensaje del Dr. Leonel Fernández, presidente de Funglode

A partir de los años noventa, casi coincidiendo con el inicio de nuestro primer período de gobierno (1996-2000), la globalización se convirtió en el tema central de la política a nivel mundial, entendida la globalización como una interdependencia, una interconexión, de carácter económico, cultural, social y tecnológico.

La idea de crear Funglode surgió al término de nuestro primer período de gobierno: crear un centro de pensamiento o think tank, como se dice en los países anglosajones. Pero, en realidad, la idea venía desde antes, porque yo conocía la existencia de esos centros, por ejemplo, los de Washington, como la Brookings Institution y el Centro de Estudios Internacionales, y en Brasil la Fundación Getulio Vargas.

Al entregar el poder, como expresidente dominicano aproveché las conexiones que generaba el fenómeno de la globalización, justamente en el área del conocimiento, para hacer contactos con universidades y con centros de pensamiento o think tanks. La inquietud era la de crear vínculos globales con iniciativas culturales, educativas y tecnológicas para acelerar en nuestro país el proceso de conocimiento que permitiera insertarse de manera beneficiosa en la globalización en sentido general.

Tenía claro que en la República Dominicana hacía falta un centro de investigación sobre temas de naturaleza pública que fueran relevantes para el interés nacional. La experiencia directa en esos centros de pensamiento de otros países me brindó el criterio, el concepto para crear una institución sin fines de lucro cuyo objetivo principal fuese la investigación, el estudio, el análisis de políticas públicas que pudiesen ser aplicadas y tuviesen un sentido de relevancia para el futuro de la República Dominicana y de América. Y, por supuesto, al ser una fundación global, que tuviese un carácter universal.

Lo primero que hicimos fue definir la visión y misión. Nos reunimos para precisar lo que queríamos hacer. Participaron compañeros como Carlos Dore, Natasha Despotovic y Frederic Emam-Zadé.

Luego se comenzó a pensar en el financiamiento, y entonces se incorporó Luis Manuel Bonetti, empresario, quien inició los contactos con otros empresarios que estaban en condiciones de hacer aportes. Mientras se construía la sede de Funglode estuvimos tres años en un edificio de la avenida 27 de febrero, desde donde iniciamos las actividades formativas y grandes encuentros.

A pesar de estar en unas oficinas bastante modestas y limitadas en su espacio, pudimos organizar encuentros relevantes. En efecto, la primera actividad tuvo lugar en el Hotel Jaragua y reunió a varios expresidentes latinoamericanos. La conferencia “Democracia en el siglo XXI: experiencias y desafíos de Iberoamérica”, celebrada del 20 al 22 de noviembre del 2000, contó con la participación de los expresidentes Eduardo Frei, de Chile; Armando Calderón Sol, de El Salvador y Ramiro de León Carpio, de Guatemala.

Fue un magnífico evento que reunió más de mil personas y tuvo una gran cobertura mediática. Fue primera plana de varios diarios nacionales y generó muchos comentarios. Hay que tomar en cuenta que el común de los dominicanos no tenía pleno conocimiento de lo que era un centro de pensamiento, porque entonces predominaba el criterio de que una fundación se enfocaba en la donación de “cosas”, por ejemplo, en el área de la salud o de la alimentación. Aquí no se daba nada, sino que se trataba de pensar, reflexionar y presentar ideas sobre el futuro del país.

Hay que entender la importancia de las ideas para la vida pública. Cuando uno contribuye con la formación en el manejo de las ideas en el ámbito de las ciencias sociales y las humanidades está creando la fase cognitiva del liderazgo político, empresarial y de opinión. Por lo tanto, además de investigaciones se organizaron seminarios y talleres que se ampliaron luego a cursos y diplomados, hasta crear, primero, la Escuela de Gobierno, y luego, el Instituto Global de Altos Estudios en Ciencias Sociales (IGlobal), un centro de educación superior para impartir maestrías y doctorados. Esta institución nació de esa serie de conferencias y seminarios de economía, ciencias políticas, sociología, comunicación, derecho y humanidades.

Latina España, Italia, Francia y el Reino Unido, y Colombia, Cuba, Chile, Argentina y Brasil. En Estados Unidos iniciamos intercambios con universidades de Nueva York y de Washington, y esto propició que varios catedráticos vinieran a la República Dominicana a dar conferencias o las hicieran de manera virtual.

En este contexto creamos centros de estudio, iniciativas y observatorios. Así surgieron el Centro de Estudios de Medioambiente y el de Educación y Educación Superior, y otros sobre salud, infraestructura y urbanismo, comunicación y economía. Mediante estas estructuras y su personal especializado se comenzaron a generar reflexiones compartidas en conferencias, paneles y publicaciones derivadas de investigaciones propias y de colaboradores, así como cursos y diplomados.

En una segunda etapa surgieron los observatorios, primero el Observatorio Político Dominicano (OPD) y luego el Observatorio Judicial Dominicano (OJD). El OPD da seguimiento a las acciones de los gobiernos locales y del Gobierno central a través de un grupo de investigadores, y analiza lo que acontece en la sociedad civil, en los partidos políticos y el sistema electoral, y también en los movimientos sociales. Las publicaciones derivadas de esos estudios son acogidas por los medios de comunicación, que incorporan a sus contenidos los resultados de las investigaciones.

El OJD, por su lado, estudia y da seguimiento al comportamiento del sistema judicial dominicano. Indaga sobre lo que hacen los tribunales de paz, los de primer grado, las cortes de apelación, la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Constitucional, así como sobre las sentencias y decisiones vinculadas al ejercicio del derecho y sus actores.

La exhaustividad de los estudios de ambos observatorios los ha posicionado como referentes de sus campos de estudio, lo que ha contribuido a fomentar una cultura jurídica y política en la República Dominicana.

Funglode ha incursionado, además, en la producción de diccionarios y enciclopedias. Entre ellos están el Diccionario cultural dominicano y el Diccionario enciclopédico dominicano de medio ambiente, los cuales son referentes para estudiantes y especialistas porque constituyen una fuente de información única, desde una perspectiva dominicana.

El aporte que se ha hecho al debate y a la reflexión sobre temas nacionales y globales, con un nivel académico riguroso, ha calado en la sociedad dominicana y en muchos talentos que han sentido el interés y entusiasmo por ser parte de la familia de Funglode en estas dos décadas de labor sostenida.

La Fundación cuenta también con la Biblioteca Juan Bosch (BJB), especializada en ciencias sociales y humanidades. Su sede es un edificio de seis pisos abierto al público y de acceso público, en donde recibe con regularidad estudiantes de universidades e investigadores para acceder a los recursos bibliográficos, en formatos electrónico y físico.

Otro aporte es el Instituto Global Multimedia, con el cual Funglode incursionó en la formación de realizadores cinematográficos, en una primera etapa, y luego asumió la promoción de la industria cinematográfica de la República Dominicana, impulsando la creación de la Ley No. 108-10 para el Fomento de la Actividad Cinematográfica. Al mismo tiempo, creó y consolidó el Festival de Cine Global, que pronto celebrará su edición número 14. El Instituto Global Multimedia continúa sus actividades formativas y eventos en torno al cine con seminarios y talleres que contribuyen a la formación de recursos humanos especializados que laboran en la industria.

La estructura más reciente de la institución cuenta con un estudio de televisión, en el que se producen documentales y entrevistas, y una emisora digital (Radio Funglode), que dispone de un salón de grabación de sonido.

En el inventario de logros, al cabo de 20 años habría que resaltar la creación de una importante red internacional de intercambios con universidades, centros de pensamiento, instituciones culturales y personalidades, todo lo cual ha convergido hacia la República Dominicana. Esa interconexión ha generado conocimientos y experiencias que han contribuido a la formación de una nueva generación de jóvenes que ya están insertos en la vida pública, empresarial y profesional de nuestro país.

Funglode tiene en su plantilla de colaboradores a jóvenes que llegaron con 15 años y hoy tienen 35 y son profesores del IGlobal o son funcionarios públicos, diplomáticos que con 14 y 15 años se iniciaron en la labor participando en los Modelos de las Naciones Unidas que desde el 2002 organiza la Asociación de las Naciones Unidas de la República Dominicana (ANU-RD), otro proyecto relevante de Funglode que ha formado una nueva generación de jóvenes muy competentes.

Hay que destacar el plan de desarrollo de infraestructuras RD2044, que tiene una proyección a 30 años en las 31 provincias y el Distrito Nacional del país, y ya ha identificado 1,500 proyectos pensados para celebrar el Bicentenario de la Nación, que será en el año 2044. Se trata de un conjunto de reflexiones y consultas con las poblaciones a impactar que se han traducido en proyectos concretos, como acueductos para proveer agua potable, carreteras, puentes, hospitales, escuelas, universidades, edificaciones públicas y todo lo que pudiéramos pensar en cuanto a la transformación de infraestructuras del país. Los proyectos nacieron en Funglode y se han exhibido en las distintas provincias para que se conozca exactamente cuál puede ser el futuro de esas demarcaciones y lo que significa un futuro de prosperidad, bienestar y oportunidades para seguir creciendo y avanzando.

Uno de los reconocimientos más importantes que ha logrado Funglode ha sido su ingreso al ranking mundial que reconoce los mejores centros de pensamiento del mundo por región. El ranking que elabora anualmente la Universidad de Pensilvania ha establecido que Funglode está entre las instituciones más destacadas de América Latina y el Caribe. Sitúa a la vez a Funglode como el principal centro estratégico de la región del Caribe.


Fuente: FUNGLODE

 

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